El Problema de los Guías es peculiarmente difícil de resolver, porque está
basado en el innato e instintivo reconocimiento de la realidad de la existencia
de Dios y de Su Plan. La mayoría de los reformistas bien intencionados, explotan
hoy esta inherente reacción espiritual e instintiva, pero no le han dedicado
verdadera atención al sujeto o al fenómeno que responde externamente al impulso
subjetivo. La mayoría de las veces es el caso del ciego que guía a otro ciego.
Podríamos definir el problema que crean los guías, como el método por el cual
el hombre, por autosugestión, provoca en sí mismo un estado de negatividad y
(mientras se halla en ese estado) es consciente de sus inclinaciones, de los impulsos,
anhelos, voces, órdenes captadas con nitidez, revelaciones sobre las normas de
conducta que debe seguir y la carrera que debe profesar, además de las
indicaciones generales que “Dios” le propone al atento, negativo y receptivo
sujeto, respecto a sus actividades. En este estado de casi sublimada percepción
de la insistente demanda, proveniente de los reinos subjetivos del ser o del
pensamiento, el hombre es impelido a seguir una corriente de actividad que
puede llevarlo a una permanente orientación de su vida (a veces inofensiva y otras
muy deseable), o ser sólo de efecto temporario, una vez que ese anhelo de
responder se haya agotado. Pero en cualquier caso, la fuente de donde surge la
dirección y el origen de la guía es denominada vagamente “Dios”, se la
considera divina y calificada como la voz del “Cristo interno” o dirección
espiritual. Por lo general se le aplican infinidad de términos análogos, según
la escuela de pensamiento a la que pertenece el individuo o la que ha logrado
atraer su atención.
Con el tiempo veremos que aumentará la tendencia a ser guiados
subjetivamente en una forma u otra, a medida que la humanidad se va orientando
hacia lo subjetivo, percibiendo en forma más definida los reinos del ser
interno y acrecentando su tendencia hacia el mundo de significados. Por esta
razón deseo hacer un análisis relativamente cuidadoso de las posibles fuentes
en donde se origina la orientación, para que los entes se den cuenta, por lo
menos, que el tema es mucho más vasto y complicado de lo que creen, y que sería
inteligente asegurarse el origen de la guía otorgada a fin de saber con más
exactitud hacia donde van. No deben olvidar que la ciega e irrazonable sujeción
a un guía (como sucede hoy) convierte al hombre, oportunamente, en un autómata
negativo e impresionable. Si esto prevaleciera universalmente y los métodos
actuales se convirtieran en hábitos arraigados, la raza perdería todo derecho
a su posesión más divina, el libre albedrío. No hay temor inmediato de que esto
suceda si los hombres y mujeres inteligentes reflexionan sobre el problema.
Infinidad de egos avanzados vienen a la encarnación a conjurar el peligro, y
también innumerables discípulos, cuyas voces se elevan claras y fuertes,
abogan por el libre albedrío y la comprensión inteligente del Plan de Dios.
Podría serles de valor si enumerara nuevamente las escuelas de
pensamiento cuya principal atracción consiste en ofrecer “guías”, o cuyos
métodos y doctrinas tienden a desarrollar el oído interno, pero no enseñan a
discernir el origen de dichos guías ni a diferenciar entre los distintos
sonidos, voces y seudo instrucciones inspiradas, que el oído interno entrenado
puede registrar.
Las personas emotivas que pertenecen a las iglesias de cualquier denominación o creencia, tienden a buscar la
forma de evadir las dificultades y vicisitudes de la vida, viviendo siempre
con la sensación de la Presencia guiadora de Dios, conjuntamente con la ciega
obediencia a lo que genéricamente denominan “la voluntad de Dios”. La práctica
de la Presencia de Dios es en verdad un paso necesario y deseable, pero la
gente debería comprender lo que ello significa y cambiar constantemente el sentido
de la dualidad por el de la identificación. La voluntad de Dios podrá aparecer
como la imposición de las circunstancias y condiciones de la vida, de las
cuales no hay escapatoria posible; el individuo que sufre esta imposición la
acepta y no trata de aminorar, ni siquiera mejorar, y a veces tampoco evitar
las circunstancias. Interpreta de tal manera su situación y destino, que
determina, plácida y sumisamente, vivir dentro del círculo infranqueable y de
las limitaciones que le han sido impuestas. Desarrolla inevitablemente un
espíritu de sumisión y obediencia, soporta, convencido, de que su situación
expresa la voluntad de Dios. En los más sublimes estados de obediencia, las
personas sensitivas hacen alarde de su sumisión, pero no se dan cuenta de que
la voz que han escuchado es la propia. Creen que es la Dios. La comprensión, el
reconocimiento de la Ley de Causa y Efecto (que actúa una vida tras otra) y la
interpretación de que el problema es una lección que debe aprender,
significará la liberación de la negatividad y la aceptación ciega e
irreflexiva. La vida no pide obediencia ni aceptación, exige actividad. Pide
que se separen los valores buenos y elevados de los indeseables; que se cultive
ese espíritu de lucha que traerá organización y comprensión y permitirá entrar
oportunamente en una etapa donde desempeñará una actividad espiritual útil.
Las personas que participan en la
actividad de esas escuelas de pensamiento, con infinidad de nombres:
la Escuela de la Ciencia Mental (Mental Science), grupos del Nuevo Pensamiento
(New Thought), Ciencia Cristiana (Christian Science) y muchos grupos similares,
propenden a caer en un estado de negatividad basado en la autosugestión. La
constante repetición del hecho (aún incomprendido) de la realidad de la
divinidad, evocará oportunamente la respuesta del aspecto forma de la vida, lo
cual -aunque no sea una guía verbal- constituye el reconocimiento
de una especie de guía, que impide el libre albedrío, y es una reacción en
amplia escala de lo mencionado antes. Así como en el primer caso
tenemos la ciega aceptación de un destino indeseable, porque creen que tal es
la voluntad de Dios y dicha Voluntad debe ser buena y correcta, en el otro caso
existe el propósito de conmover al hombre subjetivo para que acepte una
condición totalmente opuesta. Se le enseña que no existen malas condiciones,
excepto las que él mismo puede crear; que no existe dolor ni nada que pueda
considerarse indeseable; se le incita a reconocer que él es divino y el
heredero de las edades, y que las malas condiciones, las limitadas
circunstancias y los acontecimientos adversos, son producto de su propia
imaginación creadora, y se le explica que en realidad no existen.
En ambas escuelas de pensamiento se enseña y recalca la verdad sobre el
destino, a medida que se cumple bajo la ley de Causa y Efecto, y sobre la
divinidad innata en el hombre, pero en ambos casos el hombre es un sujeto
negativo y vio tima de un destino
cruel, o de su propia divinidad. Premeditadamente empleo esta fraseología
porque ansío que los lectores comprendan que el destino nunca ha tenido por
finalidad convertir al hombre en víctima inerme de las circunstancias ni en
instrumento autohipnotizado de una aseverada
y no desarrollada divinidad. El
hombre está destinado a ser árbitro inteligente de su propio destino y
consciente exponente de su innata divinidad, el Dios interno.
Nuevamente repito, las escuelas esotéricas, teosóficas y rosacruces,
tienen también (especialmente en sus aulas internas) sus propios métodos
ilusorios para servir de guías. Son distintos de los dos anteriores, pero los
resultados en gran parte similares, reducen al estudiante a la condición de
ser guiados, a menudo dirigidos por voces ilusorias. Con frecuencia los
dirigentes de dichas organizaciones pretenden estar en comunicación directa con
un Maestro, o con toda la Jerarquía de Maestros, de Quienes reciben órdenes.
Estos dirigentes a su vez imparten dichas órdenes a los miembros menores de la
organización y esperan una rápida e indiscutida obediencia. En el sistema de
entrenamiento que se imparte con la denominación de desarrollo esotérico, se
ofrece como aliciente para el trabajo y la práctica de la meditación, una relación
similar con el Maestro o la Jerarquía, haciéndole creer al aspirante que algún
día escuchará la voz de su Maestro, que lo guiará, le dirá lo que debe hacer y
le explicará la participación que tendrá en los diversos trabajos. Gran parte
de las dificultades sicológicas que prevalecen en los grupos esotéricos puede
atribuirse a esa actitud y a esa esperanza ilusoria que se le ofrece al
neófito. En vista de esto no puedo dejar de repetir enfáticamente que:
1. El objetivo de la
enseñanza impartida en las verdaderas escuelas esotéricas consiste en poner al
hombre en contacto consciente con su alma y no con el Maestro.
2. El Maestro y la
Jerarquía de Maestros trabajan únicamente en el plano del alma, como alma y
con almas.
3. La
respuesta consciente a la impresión y al Plan jerárquicos depende de la
reacción sensible que pueda desarrollarse en forma permanente entre el alma
del hombre y su cerebro, por conducto de
su mente.
4. Deben recordarse los
puntos siguientes, que cuando:
a. El hombre llega
conscientemente a darse cuenta de que es un alma, entonces puede establecer
contacto con otras almas.
b. Es un discípulo
consciente, está en contacto con otros discípulos y colabora inteligentemente
con ellos.
c. Es un iniciado,
otros iniciados son realidades en su vida y en su conciencia.
d. Es un Maestro, la
libertad que le otorga el Reino de los Cielos es suya, y trabaja
conscientemente como miembro avanzado de la Jerarquía.
Pero -y esto es de primordial importancia- todas estas diferenciaciones
se refieren a las categorías del trabajo y no a las de las personas; a las
expansiones del alma y no a graduados contactos con personalidades. De acuerdo
al desarrollo del alma, logrado en el plano físico, así será la respuesta al
mundo de las almas, del cual la Jerarquía oculta constituye el corazón y la
mente.
La guía a la cual frecuentemente responden la mayoría de los miembros que
pertenecen a las escuelas esotéricas, no es
la guía de la Jerarquía sino la de Su reflejo astral, por lo tanto, responden
a una ilusoria y desfigurada presentación, creada por el hombre, de una gran
realidad espiritual. Ellos podrían, si quisieran, responder a esa realidad.
Aparte de las escuelas comunes de ocultismo y de esoterismo que existen
actualmente en el mundo hay grupos y también individuos aislados que practican
diversas formas de meditación y de yoga. Esto es verdad respecto a los
aspirantes occidentales y orientales. Algunas de estas personas trabajan con un
verdadero conocimiento y, por lo tanto, lo hacen sin peligro; otras no sólo
ignoran totalmente las técnicas y los métodos sino que desconocen los
resultados que deben esperar de sus esfuerzos. Inevitablemente, el principal
resultado obtenido consistirá en retrotraer internamente la conciencia,
desarrollar el espíritu de introspección y orientar al hombre o mujer, hacia
los mundos subjetivos internos y los planos sutiles del ser -generalmente
hacia el mundo astral y raras veces hacia el mundo verdaderamente espiritual de
las almas. Excepcionalmente se evoca la naturaleza mental, y los procedimientos
aplicados producen la negatividad y pasividad de las células cerebrales, mientras
la mente permanece inactiva y a menudo aletargada. Por lo tanto, la única zona
visible de la conciencia es la astral. Así quedan excluidos los mundos de los
valores físicos y tangibles y análogamente el mundo mental. Quisiera que
reflexionen sobre este enunciado.
El Movimiento del Grupo Oxford también ha dado demasiada importancia a la
necesidad de ser guiado, sin embargo, parece ser que no ha comprendido
verdaderamente el tema, ni le ha dedicado mayor atención a la investigación
incluyente de las posibles alternativas de la voz de Dios. Místicos de toda
índole, que tienen una predisposición natural hacia la vida negativa e
introspectiva, oyen en la actualidad voces, reciben orientación y obedecen a
impulsos que ellos afirman provenir de Dios. En todas partes hay grupos que
están abocados a la tarea de orientar a la gente hacia la vida espiritual, o
(le comprobar el Plan de Dios, o colaborar con él en una u otra forma. Algunos
de estos grupos trabajan con inteligencia y a veces sus suposiciones y
esfuerzos son correctos, pero la mayoría son incorrectos y de naturaleza
mayormente astral.
Esto trae dos resultados. Uno, fomenta una gran esperanza entre los
trabajadores espirituales del mundo, a medida que observan la rapidez con que
la humanidad se dirige hacia el mundo del correcto significado, de los
verdaderos valores espirituales y de los fenómenos esotéricos. Se dan cuenta
que a pesar de los errores y equívocos, la tendencia de la conciencia racial va
dirigida “internamente hacia el centro de vida y paz espirituales”. El otro,
es el resultado o reconocimiento de los períodos de verdadero peligro que
transcurren durante este proceso de reajuste de los valores más sutiles y a no
ser que haya una comprensión inmediata de las condiciones y posibilidades
sicológicas y que la mentalidad de la raza llegue a comprender y a tener el sentido
común, tendremos que atravesar un ciclo de profundos disturbios sicológicos y
raciales antes de finalizar este siglo. En la actualidad, por ejemplo, dos
factores producen un profundo efecto sicológico sobre la humanidad:
1. La incertidumbre, el
temor y el recelo que prevalece, en todos los países, afecta en forma adversa
a las masas, estimulándolas astralmente y, al mismo tiempo, disminuyendo su
vitalidad física.
2. El impacto producido
por las fuerzas espirituales superiores, sobre las personas orientadas
inteligentemente y motivadas místicamente, está produciendo serias y grandes
dificultades, pues derriba las barreras etéricas protectoras y abre de par en
par las puertas del plano astral. Éstos son algunos de los peligros que implica
el estímulo espiritual.
Por lo tanto, resultará de real valor estudiar las fuentes de donde
provienen la mayoría de las seudo “guías”. Para mayor claridad y eficacia me
propongo enumerarlas muy brevemente, sin hacer extensos comentarios. Ello
permitirá hacer comprender al investigador inteligente y ansioso, que el tema
es mucho más vasto e importante de lo que supone, y puede llevarlo a hacer un
análisis cuidadoso de los “tipos de guía” y a comprender cuáles son los
posibles agentes rectores de que puede ser víctima el pobre e ignorante
neófito:
1. La guía o
instrucción proveniente de una persona en el plano físico hacia la cual se
dirige la persona guiada, la mayoría de las veces inconscientemente en busca de
ayuda. Esto constituye en gran parte una relación cerebral, de naturaleza
eléctrica, establecida mediante contactos conscientes en el plano físico, y
facilitada grandemente por el hecho de que el neófito sabe perfectamente lo que
su instructor diría en cualquier circunstancia dada.
2. La actitud
introvertida del neófito o del místico, hace surgir a la superficie toda su
subconsciente “vida de deseos”, lo cual, debido a su inclinación mística, y
probablemente a que aspira a lograr la beatitud y la vida del espíritu, adopta
ciertas tendencias de adolescente hacia la actividad religiosa y sus prácticas.
Sin embargo, las interpreta como una guía definitivamente externa, y se las
explica a sí mismo en tal forma que se convierten para él en la Voz de Dios.
3. La recuperación de
antiguas aspiraciones y tendencias espirituales que llegan de una vida o vidas
anteriores, lo cual está profundamente oculto en su propia naturaleza, pero se
las puede hacer surgir a la superficie mediante el estímulo grupal. Recuerda
así, en esta vida, deseos y aptitudes espirituales que hasta entonces no habían
aparecido. Cree que son totalmente nuevos y fenoménicos, y los considera como
mandatos divinos provenientes de Dios. Sin embargo, siempre han existido
(aunque latentes) en la propia naturaleza, y son resultado de una antigua
tendencia u orientación hacia la divinidad, inherente en todos los miembros de
la familia humana. Es el hijo pródigo que, dialogando consigo mismo, exclama:
“me levantaré e iré” -pasaje que Cristo aclara plena y bellamente en dicha
parábola.
4. La guía registrada puede ser simplemente,
sensibilidad a las voces, mandatos y buenas intenciones de gente benévola que
está en camino de reencarnar. El actual dilema espiritual de la raza es causa
del rápido retorno a la vida del plano físico de muchas almas evolucionadas.
Mientras se ciernen sobre la zona limítrofe de la vida externa, esperando el
momento de renacer, los seres humanos en encarnación frecuentemente establecen
inconsciente y subjetivamente contacto con ellas, especialmente durante la
noche cuando la conciencia está fuera del cuerpo físico. Lo que dicen y enseñan
(con frecuencia bueno, por lo general mediocre, y a veces bastante ignorante)
es recordado en los momentos que despierta la conciencia, y el neófito lo interpreta
como la voz de Dios que lo va guiando.
5. Las guías pueden ser
también de naturaleza emocional o astral, resultado de los contactos logrados
en el plano astral por el aspirante -firme en su aspiración, pero débil en su
polarización mental. Abarcan tantas expresiones que no puedo extenderme sobre
ellas. Están coloreadas por el espejismo; un sin número de líderes,
conductores y organizaciones bien intencionados extraen su inspiración de
estas fuentes. No contienen verdadera ni duradera guía divina. Podrán ser
inofensivas, afables, bondadosas y bien intencionadas; podrán nutrir la
naturaleza emocional, desarrollar la histeria o la aspiración; podrán
despertar la ambición de la víctima y conducirla por los desvíos de la
ilusión, pero no constituyen la voz
de Dios ni la de miembro alguno de la Jerarquía, y son tan divinas como pudiera
serlo la voz de cualquier instructor común en el plano físico.
6. La guía que se ha
captado puede ser también el resultado de la sintonización telepática del
sujeto, con la mente o mentes de otras personas. Esto sucede frecuentemente
cuando se trata de personas inteligentes y de quienes están mentalmente
enfocadas. Constituye una especie de telepatía directa, pero inconsciente. Por
lo tanto; la guía proviene de otras mentes, o de las mentes enfocadas de un
grupo de trabajadores con los cuales el hombre puede tener afinidad a sabiendas
o no. Las guías que así se imparten podrán tenerse en forma consciente o
inconsciente, y ser de calidad buena, mala o neutra.
7. Los mundos mental y
astral están llenos de formas mentales con las cuales es posible hacer contacto
e interpretarlas como guías. Los Guías de la raza pueden emplear dichas formas
mentales para ayudar y guiar a la humanidad. También pueden ser utilizadas por
fuerzas y entidades indeseables. Por lo tanto dichas formas mentales tienen su
utilidad, pero cuando un hombre las interpreta cono guías divinas, que
constituyen una orientación infalible (la cual evoca y exige una ciega e
indiscutible aceptación), se convierten en una amenaza para el libre albedrío
del alma y no tienen valor alguno.
8. En consecuencia, la
guía es de muchos tipos y puede provenir de personas encarnadas o no, y
clasificarse desde lo excelente a lo pésimo. Éstas incluyen la ayuda ofrecida
por los verdaderos iniciados y adeptos, a través de sus activos discípulos y
aspirantes, y esas actividades mentales y astrales que desarrollan las
personas inteligentes comunes, incluso las egoístas y emocionalmente
orientadas. Debe recordarse que el verdadero iniciado o discípulo, nunca trata
de controlar a una persona ni le indicará, como si impartiera órdenes, la
acción que debería emprender. Innumerables personas sintonizan la enseñanza que
las mentes entrenadas trasmiten a los discípulos, o captan telepáticamente las
poderosas formas mentales creadas por los pensadores del mundo, o los miembros
de la Jerarquía. De allí que haya tantas erróneas interpretaciones y tantos
seudo-guías. A veces los hombres se apropian de lo que está destinado a un
grupo, o de la sugerencia dada por un Maestro a Su discípulo.
9. También dichas guías
provienen de la propia y poderosa personalidad integrada del hombre, que a
menudo no la reconoce por lo que es. La ambición, el deseo o los propósitos
vanidosos de la personalidad, podrán descender del cuerpo mental y plasmarse en
el cerebro y, sin embargo, el hombre, en su conciencia cerebral, creerá que le
llega desde una fuente externa y foránea. Sin embargo, él ha respondido todo el
tiempo a los mandatos e impulsos de su propia personalidad. Esto
frecuentemente ocurre a tres tipos de personas:
a. Aquellos cuyo ego o
personalidad pertenecen al sexto rayo.
b. Los que están
abiertos a los espejismos del plano astral, debido a la sobreestimulación del
plexo solar.
c. Los que son
susceptibles, por una u otra razón, a la menguante energía pisciana.
10. Como es sabido, la
guía puede provenir de la propia alma del individuo, cuando por la práctica de
la meditación, la disciplina y el servicio, ha establecido contacto con ella y
existe, por consiguiente, un canal directo de comunicación entre el alma y el
cerebro, a través de la mente. Cuando dicha comunicación es clara y directa,
constituye la verdadera guía divina proveniente de la divinidad interna. Sin
embargo, si la mente no se ha desarrollado, ni existe pureza de carácter y el
hombre no está totalmente libre del control de la personalidad, la comunicación
podrá ser distorsionada y mal interpretada. La mente debe aplicar debidamente
la verdad o la guía impartida. Cuando se capta correcta y verdaderamente la
divina voz interna, sólo entonces la guía es infalible y la voz del Dios
interno habla con claridad a Su instrumento, el hombre, en el plano físico.
11. Cuando esta última
forma de guía se haya establecido, estabilizado, fomentado, desarrollado y
comprendido, será posible lograr otros tipos de guías espirituales. Para ello
se debe pasar a través de, o someterse a la norma de valores que constituyen el
alma misma. La percepción del alma es parte de la percepción total. El
reconocimiento de la percepción del alma acontece en forma gradual y progresiva
en lo que respecta al hombre en el plano físico. Las células cerebrales deben
ser despertadas paulatinamente y desarrollada la correcta respuesta
interpretativa. Por ejemplo, cuando el hombre es consciente del Plan de Dios,
creerá que un Maestro o un miembro de la Jerarquía le imparte informaciones
sobre dicho Plan, y podrá también pensar que el conocimiento le llega por medio
del contacto inmediato establecido con una forma mental del Plan. El obtener e
interpretar correctamente este conocimiento, forzosa y sencillamente reconoce
aquello que su alma inevitablemente sabe, porque su alma es un aspecto del alma
universal y parte integrante de la Jerarquía planetaria.
Existen otras
fuentes de donde provienen las guías, las inspiraciones y las revelaciones,
pero para los propósitos sicológicos de nuestro estudio bastará lo antedicho.
No sé si esto está copiado o en parte inspirado en los libros de Alice Bayley ,ni quien es el autor de este artículo . Pero estoy de acuerdo con la esencia de este artículo .El problema de los guías es parte del espejismo que tenemos los buscadores espirituales.
ResponderEliminarGracias por tu comentario!
ResponderEliminarComo dice el título del post, efectivamente es extraído del libro PSICOLOGÍA ESOTÉRICA II, de Alice Bailey. Es textual del libro, en el item dentro de "Problemas de estímulo", "Los problemas de los guías, de los sueños y de la depresión".
Saludos! :)
Gracias por el extenso artículo. El mismo ofrece muchas oportunidades para reflexionar.
ResponderEliminarHacia tiempo que no se publicaban entradas en este blog. Me alegra volver a leerlas.
Gracias de nuevo
Gracias a vos!!! Sí, mucho que reflexionar!!!
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