12.7.11

LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA

La importancia
de la palabra

“Tratado de Magia Blanca”, Alice A. Bailey (pág. 112-113)


Raras veces las personas se dan cuenta de la potencia de una palabra, sin embargo, se ha afirmado “en el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios. Sin él nada de lo hecho fue hecho”. Cuando leemos esas palabras, nuestras mentes retornan a la aurora del proceso creador en el que, mediando el sonido, “Dios habló y los mundos fueron hechos”.

"Mediante el lenguaje el hombre se moldea a sí mismo y a su medio ambiente".

Se ha dicho que "el principal agente por el cual gira fenoménicamente la rueda de la naturaleza, es el sonido", porque el sonido o palabra original pone en vibración la materia de la cual están hechas todas las formas, e inicia esa actividad que caracteriza hasta los átomos de la sustancia.

La literatura y escrituras de todas las naciones antiguas y las grandes religiones, dan testimonio de la eficacia del sonido en la producción de todo lo que es tangible y visible. Los hindúes dicen en forma muy hermosa que “el Gran Cantor construyó los mundos, y el Universo es Su canción”. Ésta es otra forma de expresar la misma idea. Si esto es comprendido y se entiende parcialmente la ciencia de este concepto, la significación de nuestras propias palabras y la emisión del sonido al hablar, constituirá casi un acontecimiento de suprema importancia.

El sonido o lenguaje y el empleo de las palabras, han sido considerados por los filósofos antiguos – y en forma acrecentada por los pensadores modernos – como los agentes más elevados que el hombre ha utilizado para moldearse a sí mismo y a su medio ambiente. El pensamiento, el lenguaje y la actividad resultante en el plano físico, forman la triplicidad que hacen del hombre lo que es y lo sitúan donde está.

El propósito del lenguaje es revestir el pensamiento y ponerlo a disposición de los demás. Cuando hablamos, evocamos un pensamiento y le damos vida, haciendo audible lo que está oculto dentro de nosotros. El lenguaje revela, y el correcto lenguaje puede crear una forma que encierre un propósito benéfico, así como el lenguaje incorrecto puede crear una forma que tenga un objetivo maligno. Sin darnos cuenta, hablamos incesante e irresponsablemente día tras día; empleamos palabras, multiplicamos sonidos, y nos rodeamos de mundos de formas creadas por nosotros mismos. Por lo tanto, es esencial pensar antes de hablar y recordar el precepto, “Antes de hablar, se debe adquirir conocimiento”. Después de pensar, seleccionemos esas correctas palabras que expresen el correcto pensamiento, tratando de pronunciarlas correctamente, dando el valor exacto y la verdadera cualidad de tono a cada palabra emitida.

Mediante la palabra hablada, crearemos una forma mental que corporificará la idea que tenemos en la mente. Así nuestras palabras no llevarán la discordia, sino que agregarán su parte a ese gran acorde armonizador o palabra unificadora, cuya pronunciación es finalmente función del género humano. El lenguaje incorrecto separa, y es interesante tener presente que la palabra, el símbolo de la unidad, es divina, mientras que el lenguaje, en sus numerosas diversificaciones, es humano.

A medida que prosigue la evolución y la familia humana se eleva a su verdadera posición, en el gran plan del universo, será cultivado cada vez más el lenguaje exacto y correcto, porque pensaremos antes de hablar o, como ha dicho un gran instructor, “por la meditación, rectificaremos los errores del lenguaje incorrecto”, siendo más evidente la significación de las palabras-formas, de los verdaderos y correctos sonidos y de la cualidad vocal”.

LA GEOMETRIA ESOTERICA


La Geometría Esotérica

La Geometría en el Universo Manifestado (Astronomía Esotérica)

Al ir avanzando en nuestro estudio sobre la Magia Organizada en nuestro mundo, nos vamos dando cuenta de la verdad esotérica contenida en la gran afirmación: "DIOS GEOMETRIZA" de Platón, el filósofo iniciado. No sabemos hasta qué punto ha sido comprendido el carácter incluyente de esta afirmación, pero sin esta comprensión mental es imposible introducirse muy profundamente en la ciencia esotérica de la Magia.

Hay que partir de la base de que la totalidad de nuestro universo es molecular. Según se nos ha enseñado ocultamente, nuestro sistema solar con sus planos, subplanos, planetas, razas y especies no es más que una gigantesca forma geométrica o cuerpo molecular que utiliza el Señor del universo durante los inmensos ciclos de Su manifestación solar.

El Logos, o Señor del Sistema, utiliza todas Sus infinitas ideaciones para llenar de formas geométricas la totalidad del sistema universal que le sirve de morada, y de acuerdo con la ley de evolución, opera mágicamente desde el principio hasta el fin de Su Mahamanvántara o ciclo de manifestación. Se sirve de la Magia para crear y para distribuir tales formas geométricas por todos los confines de su vasto sistema, y cuando todo "Su espacio vital" ha quedado lleno de formas, desde las más sutiles a las más densas, viene entonces el trabajo esencial de agilizarlas, embellecerlas y sintetizarlas, creando como fin en sí mismas la gloria inefable de los arquetipos de perfección, que una vez realizados marcarán "el círculo?no?se pasa" de Su capacidad creadora. No queda intersticio alguno entre las formas geométricas que en su totalidad constituyen el universo. Todas están armoniosamente unidas entre sí constituyendo un conjunto sintético e incluyente, ya se las examine desde el ángulo de vista de los planetas, como de los seres humanos y de las infinitas agrupaciones atómicas.

Allí donde termina una forma empieza otra, apoyándose armoniosa y potencialmente en la forma anterior. Así, el espacio que llamamos "vacío", visto ocultamente se le percibe lleno de otro tipo de formas más sutiles pero que, sin embargo, se apoyan en las estructuras densas y más substancialmente moleculares. Continúa operando en todo momento el principio geométrico de la forma, que no reconoce barrera alguna en la expresión de su naturaleza impelente y progresiva. Se comprende así la indescriptible riqueza de la geometría cuando se la considera en su aspecto más oculto y trascendente, como sirviendo de maravilloso engarce entre planos, dimensiones y compuestos moleculares.

Nada más bello y espectacular desde el ángulo esotérico que observar el firmamento en una noche estrellada, utilizando la clarividencia mental. Aparecerán entonces entre los brillantes puntos o vértices creados por las estrellas y los planetas, nuevos y cada vez más esplendentes y rutilantes cuerpos celestes, constituyendo maravillosas e inenarrables combinaciones geométricas, conjuntos poliédricos de indescriptibles colores y emitiendo incomprensibles y misteriosos sonidos. La percepción clarividente llevará más lejos si se persiste en las observaciones, pues será posible descubrir como una realidad objetiva y no como una simple e interesante ecuación mental, que en el espacio y dentro de una desconocida y esplendente red geométrica espacial, deberá ser resuelta definitivamente la gran incógnita del hombre con respecto a su identidad, procedencia y destino, ya que es leyendo en el maravilloso mapa de los cielos que se aprende la gran verdad oculta de que el destino de todo cuanto existe en el universo -sea cual sea su importancia- se halla escrito allí, en el espacio infinito y dentro de cualquiera de las redes geométricas espaciales, cunas del verdadero estudio esotérico de la Magia.

Magia Organizada Planetaria Vicente Beltrán Anglada

LOS SIETE RAYOS

Los Siete Rayos

Se afirma que existen siete grandes rayos en el cosmos. En nuestro sistema solar sólo uno de estos grandes rayos está en actividad. Las siete subdivisiones constituyen los "siete rayos" que manejados por nuestro Logos solar, forman la base de infinitas variaciones en su sistema de mundos. Estos siete rayos pueden describirse como los siete canales a través de los cuales fluye todo lo que existe en Su sistema solar, las siete características predominantes, o modificaciones de la vida, que no sólo se aplican a la humanidad sino también a los siete reinos. En realidad no existe nada en el sistema solar, cualquiera sea su grado de evolución, que no pertenezca ni haya pertenecido a uno de los siete rayos....

.... Los siete rayos son la suma total de la divina Conciencia, la Mente Universal; podrían ser considerados como las siete Entidades inteligentes a través de las cuales el plan se desarrolla. Personifican el divino propósito; expresan las cualidades requeridas para la materialización de ese propósito; crean las formas, y son las formas mediante las cuales la idea divina puede ser llevada a su consumación. Simbólicamente pueden considerarse como que constituyen el cerebro de¡ divino Hombre Celestial. Corresponden a los ventrículos del cerebro, a los siete centros del cerebro, a los siete centros de fuerza ya las siete glándulas principales que determinan la cualidad del cuerpo físico. Son los conscientes ejecutores del propósito divino y los siete Alientos que animan todas las formas que han sido creadas por Ellos para llevara cabo el plan.

Tal vez sería más fácil comprenderla relación de los siete rayos con la Deidad, si recordamos que el hombre mismo (por ser hecho a imagen de Dios) es un ser séptuple, capaz de expresar siete estados de conciencia y los siete principios o cualidades fundamentales que le permiten percibirlos siete planos en los cuales actúa en forma consciente o inconsciente. Es un septenario en todo momento, pero su objetivo es percibir conscientemente todos los estados del ser, expresar conscientemente todas las cualidades y actuar libremente en todos los planos.

Los Seres de los siete rayos, a diferencia del hombre son totalmente conscientes y perciben en su totalidad el propósito y el Plan. Están siempre en "profunda meditación", y llegaron al punto en que, a través de Su avanzada etapa de desarrollo, son "impulsados hacia la realización". Son totalmente conscientes de sí mismos y del grupo; constituyen la suma total de la mente universal, y se hallan "despiertos y activos". Su meta y propósito es de tal naturaleza que sería inútil especular sobre ambos, porque el punto más elevado de realización para el hombre es el punto más bajo para Ellos. Estos siete Rayos, Alientos y Hombres Celestiales tienen como tarea luchar con la materia a fin de subyugarla al propósito divino, y la meta -hasta donde podemos percibirla- es someter las formas materiales a la acción del aspecto vida, produciendo así esas cualidades que llevarán la voluntad de Dios a su culminación. Por lo tanto, constituyen la suma total de todas las almas dentro del sistema solar, y Su actividad produce todas las formas; de acuerdo a la naturaleza de la forma así será el grado de conciencia. A través de los siete rayos fluye la vida o aspecto espíritu, pasando cíclicamente a través de todos los reinos de la naturaleza, produciendo así estados de conciencia en todos los campos de percepción.

Para llevar a cabo los propósitos de este tratado los estudiantes tendrán que aceptar la hipótesis de que todo ser humano es arrastrado a la manifestación por el impulso de algún rayo, está coloreado por esa particular cualidad de rayo que determina el aspecto forma, e indica el camino que debe seguir y le permite (cuando llegue a la tercera iniciación) presentir y fuego colaborar con el propósito de su rayo. Después de la tercera iniciación comienza a presentir el propósito sintético para el cual trabajan los siete rayos. Como este tratado ha sido escrito para los aspirantes y discípulos, y no para los iniciados de tercer grado, es innecesario hacer conjeturas sobre este destino final.

El alma humana es una síntesis de la energía material cualificada por la conciencia inteligente, además de la energía espiritual que está, a su vez, cualificada por uno de los siete tipos de rayo.

Así emerge el ser humano, un hijo de Dios encarnado en la forma, con una mano, como dice El Antiguo Comentario, aferrada firmemente a la roca de la materia y la otra sumergida en un mar de amor. Una antigua escritura lo expresa de esta forma:

"Cuando la mano derecha del hombre material toma la flor de la vida y la arranca para él, la mano izquierda permanece vacía.

"Cuando la mano derecha del hombre material toma el loto dorado del alma, la izquierda desciende buscando la flor de la vida, aunque no lo hace para fines egoístas.

"Cuando la mano derecha sostiene firmemente el loto dorado y la mano izquierda toma la flor de la vida, el hombre descubre que es la planta de siete hojas que florece en la tierra y también ante el Trono de Dios."

El propósito de la Deidad, como lo conoce el Creador, es desconocido totalmente para todos, excepto para los iniciados más elevados. Pero el propósito de cada Vida de rayo puede ser sentido y definido, sujeto por supuesto a las limitaciones de la mente humana y a lo inadecuado de las palabras. La actividad planeada de cada rayo cualifica toda forma que se halla dentro de su cuerpo de manifestación.

Hemos llegado ahora a una declaración técnica que debe ser aceptada para bien del argumento, pues es imposible comprobarlo. Los Señores de los rayos crean todos un cuerpo de expresión, y de este modo han venido a la existencia los siete planetas. Damos a continuación sus expresiones principales:

El Sol (que oculta a Vulcano)
Júpiter
Saturno
Mercurio
Venus
Marte
La Luna

Las energías de estas siete Vidas, sin embargo, no están confinadas a su expresión planetaria, sino que se extienden alrededor de los confines del sistema solar, así como los impulsos de la vida de un ser humano -sus fuerzas vitales, el impulso de sus deseos y sus energías mentales- recorren su cuerpo activando los diversos órganos, permitiéndole llevar a cabo su intención, vivir su vida y cumplir el objetivo para el cual creó su cuerpo de manifestación.

Cada uno de los siete reinos de la naturaleza reacciona a la energía de alguna Vida particular de rayo. Cada uno de los siete planos reacciona en forma similar. Cada septenario de la naturaleza vibra con uno de los septenarios iniciales, porque los siete rayos establecen ese proceso que asigna los límites de influencia para todas las formas. Son aquello que determina todas las cosas, y al emplear estas palabras quiero indicar la necesidad de que prevalezca la Ley. La Ley es la voluntad de las siete Deidades, que se plasman en la sustancia a fin de producir una intención específica, mediante el método del proceso evolutivo.

Psicología Esotérica (tomo I) Alice A. Bailey

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