22.3.16

LA CRUZ CARDINAL EN ARIES


FESTIVAL DE PASCUA

Parte II

Aries libera el Fuego Cósmico,
Leo libera el Fuego Solar,
Sagitario libera el Fuego Planetario.
Djwhal Khul dice que estos tres fuegos constituyen el Yoga del Fuego, y despeja el camino hacia la resurrección. El Yoga del Fuego o Agni Yoga es la unificación progresiva con la llama interior. La resurrección es el proceso de unificación con fuegos de magnitud progresiva. Primero llega el fuego de la personalidad, segundo el fuego del Alma, y tercero el fuego de la Mónada; tres fuegos que pugnan por ser una sola llama.

Aries es comienzo, regresar a un anterior estado del ser. Al comienzo, los rayos emanaron del Sol Espiritual Central y, a su tiempo, se condensaron, materializaron y convirtieron en átomos. Por la resurrección, bajo la influencia del fuego de Aries, el fuego de los átomos se libera gradualmente y convierte en una llama en un sendero progresivo de evolución. Este proceso continúa hasta que la Chispa en el átomo, o la llama en el hombre, llega a su hogar -- el estado anterior del ser— como el "hijo pródigo".

La intención en Aries es sincronizar nuestros corazones con el Corazón cósmico. Nuestra responsabilidad es elevar, resucitar los fuegos de nuestra naturaleza física-etérica, nuestros fuegos emocionales y mentales, y fundirlos con la Llama del Espíritu. Esta es nuestra resurrección. Reorientar las fuerzas hacia un acto inteligentemente planificado de sacrificio y servicio, de una vida llena de metas, y del Plan y del Propósito de Dios.



LA RESURRECCION EN ARIES

Parte III


Aries inaugura nuevos ciclos. La Pascua aporta una nueva alegría y elevación a la humanidad.

La Sabiduría Antigua dice que el hombre es un rayo irradiado desde el Sol Espiritual Central, que penetró una capa de tinieblas comparativas: el plano físico cósmico, compuesto por los planos denso, líquido, gaseoso, etérico, emocional, mental, intuitivo y tres planos muy sutiles. El rayo penetró en las capas más bajas de este plano y cayó en la trampa de la materia. Al rayo le insumió millones de años despertar, apropiarse de la materia y usarla para saber dónde estaba, qué podría hacer y cómo escapar de esa trampa.

Como nuestro Sol recorre el zodiaco, cada año durante un mes, la energía de Aries penetra en cada rayo dormido y lo sacude para despertarlo y que avance en su regreso al hogar.
Cada 25 mil años, nuestro sistema solar entra en Aries, y durante 2 mil años la energía de Aries enciende la luz de las chispas dormidas y las inspira con el fuego de la resurrección y con el espíritu de la determinación para lograr la liberación. A través de esta energía, que se libera cíclicamente sobre el plano físico cósmico, continúa el proceso de resurrección.
El Rayo Chispa tiene que regresar a través de los 7 planos del plano físico cósmico, creando en cada plano una forma nueva, un reino nuevo y, liberándose de la materia del plano físico cósmico. Esto se realiza por el proceso de Iniciación. Cada iniciación es un peldaño de la resurrección. En la séptima Iniciación, el Iniciado pasa más allá de estas 7 capas de materia y se convierte en un Señor de la Resurrección.

Una de las primeras Chispas que logró tal victoria sobre la materia fue Cristo. Construyó un sendero de retorno de "las tinieblas a la luz, de lo irreal a lo real, de la muerte a la inmortalidad". Durante millones de años, las Chispas viajan de un reino a otro hasta llegar al reino humano, donde la Chispa, a su tiempo, advierte sus prisiones y procura elevarse y volver a su hogar.

El sendero de la resurrección pasa, a través del reino mineral, al reino vegetal, luego al reino animal y penetra en el reino humano. Del reino humano, la resurrección continúa a través de los reinos quinto, sexto y séptimo. En cada reino, la Chispa brilla con mayor belleza, creatividad, e intuición, regresa a su fuente y se convierte en un Resucitado. Luego que se resucita, se es una Chispa libre y puede funcionar en cualquier plano sin limitación. 

El primer rayo de Aries realiza el trabajo de destrucción, y el séptimo rayo de Aries el de construcción. Las civilizaciones, inclusive las culturas, son formas colectivas. Necesitamos civilizaciones y culturas nuevas, para progresar en el sendero de resurrección.
Las formas viejas deben morir para liberar al espíritu. Las formas emocionales son grandes obstáculos. Cómo sentimos, reaccionamos y respondemos emocionalmente tiene sus formas cristalizadas; deseos pesados y atados a la tierra, hechizos, apegos, prejuicios, supersticiones, deben marcharse. Las formas mentales deben destruirse continuamente y construirse nuevas formas para que la ilusión, el fanatismo, las obsoletas y cristalizadas formas de pensamiento no bloqueen el sendero del espíritu en su avance por el camino de la resurrección. Existen formas superiores de pensamiento que nos atan a través del placer y la alegría que, a su tiempo, deberán destruirse.

La nueva religión del mundo se basará en la idea de la resurrección, un proceso de desapego consciente del Yo respecto del no-yo.

Históricamente, los discípulos de Cristo fueron los que llevaron a la consciencia del público el tema de la resurrección. Y Aquél entró en la séptima Iniciación tras la crucifixión, cuando Jesús estaba venciendo a la muerte. En la religión cristiana, hay dos símbolos esotéricos de la resurrección: 
1. La tumba y el Cristo resucitado.
2. El huevo y el pollito.
La tumba es la materia de la que debe surgir el espíritu. El huevo es la personalidad de la que el alma deberá surgir. El plano físico cósmico es un huevo del que el espíritu de la humanidad deberá resucitar. El Cristo es el símbolo de la Vida.

En los antiguos misterios, hay muchas referencias a la resurrección que fueron dramatizadas en varias ceremonias y simbolismos. Por ejemplo, en Egipto, el candidato que era capaz de llegar hasta el aposento del rey y pasar varias pruebas era puesto en el sarcófago, en un suspendido estado de consciencia, donde permanecía durante tres días. Luego de estos tres días, solían llevarle hasta el ápice de la pirámide, en el que, con los primeros rayos del sol, recuperaba su consciencia.

En el antiguo Egipto, a Osiris le mataron y luego resucitó. Uno de sus nombres era "Dios resucitado”. Es interesante que los egipcios solían celebrar la resurrección en primavera. Los egipcios recubrían con negro ropaje la imagen de Osiris y marchaban en procesión, y luego celebraban Su resurrección. Leemos también que al hijo de Osiris, Horus, había resucitado. También estaba Adis quien resucitaba el 25 de marzo.

Persia y Armenia tenían su Mitra, quien resucitaba el 25 de marzo, y nos han dicho que los sacerdotes, en vísperas de la resurrección, solían declarar que “Mitra resucitó de la muerte", y luego la cumplía una gran celebración con velas encendidas.

También nos han dicho que Remo, que era una encarnación de Vishnú, cumplió y sacrificó su vida y, finalmente, fue elevado al cielo, retomando su esencia divina. Zoroastro, a quien se reconocía como mensajero de Dios, ascendió al cielo luego de terminados Su sacrificio y su labor terrenos. Existe también la tradición de que el Salvador mexicano, Quetzalcóatl, fue muerto y luego resucitó.

Leemos los mismos relatos sobre otros muchos grandes de la India, del Tibet, de la China y del África que resucitaron. La diferencia entre estas resurrecciones y la resurrección de Cristo es que ellos conquistaron a la muerte, mientras que Cristo conquistó al plano físico cósmico en conjunto. En la Sabiduría antigua, se mencionan nueve iniciaciones:

1. Nacimiento
2. Bautismo
3. Transfiguración
4. Crucifixión
5. Revelación
6. Decisión
7. Resurrección
8. Transición


9. Rechazo.


CRUZ CARDINAL EN ARIES.
Cruz del Cristo Resucitado. 
Cáncer-Capricornio-Aries-Libra.

La Crisis de Iniciación.La Transfiguración.
La Vida del Espíritu.
Manifestación de la Divinidad.
El Sol espiritual central es llamado a la actividad, y Urano se trasforma en el agente distribuidor Y el centro cardíaco llega a ser, en el cuerpo del iniciado, el centro mediante el cual ejerce control y dirección.

a. En esta Cruz, según la paradoja ocultista, el tiempo y espacio, el Espíritu es crucificado. Sus energías rigen y dirigen al alma cuando avanza en el Sendero de Iniciación.

b. Es la Cruz de la Iniciación y de los comienzos. Concierne “al comienzo del interminable Camino de la Revelación” que se inicia al entrar en el Nirvana, para lo cual las etapas previas al Sendero de Evolución fueron preparatorias.
“Toda belleza y bondad, lo que contribuye a la desaparición del dolor y la ignorancia en la Tierra, debe ser dedicado a la Gran Culminación. Cuando los Señores de Compasión hayan civilizado espiritualmen­te a la Tierra y hecho de ella un Cielo, quedará revelado para el peregrino el interminable Sendero que se extiende hasta el Corazón del Universo. El hombre, que habrá trascendido la naturaleza, e impersonalmente unificado con todos los Seres Iluminados, ayudará a cum­plir la Ley de la Evolución Superior, de la cual el Nirvana es el principio”. (Yoga Tibetano y Doctrinas Secretas.)

c. Es la Cruz de los “brazos extendidos, del corazón abierto y de la mente superior”, y en ella conocen la significación subyacente de: Omnipresencia y Omnisciencia, y están en proceso de desarrollar los aspectos superiores del Ser, que inadecuadamente describimos Omnipo­tencia.

d. Sus energías se fusionan con la energía cósmica. Con­tienen la cualidad de Aquel del Cual Nada Puede Decirse, y están “matizadas con la Luz de los 7 sistemas sola­res”, de los cuales nuestro sistema solar es uno.

e. El alcance y el ciclo de su influencia en la vida del ini­ciado son desconocidos, aún para nues­tro Logos planetario, que está crucificado sobre sus “brazos abiertos”.

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