8.3.14

LA CRUZ MUTABLE EN EL FESTIVAL DE PISCIS


En este festival de géminis, tenemos la CRUZ MUTABLE, que otorga conciencia planetaria, a su debido tiempo y cuando se han asimilado sus lecciones.
La Crisis de Encarnación.
La Ascensión sobre la Rueda.
Personalidad y vida de la forma.
El Ciclo de Renacimiento en la forma.
Experiencia.
Manifestación de la Humanidad.
El Sol físico y su influencia afecta al hombre, estimula las células corpóreas y sustenta la naturaleza forma, afectando los centros ubicados abajo del diafragma.

La CRUZ MUTABLE es la Cruz del Cristo OcultoGéminis-Virgo-Sagitario-Piscis.
A veces se la denomina la Cruz Común, porque condiciona al rebaño común, la masa humana.

a. Es la Cruz de las cuatro energías principales, que producen las circunstancias condicionantes y transforman al hombre animal en un aspirante.

b. Es la Cruz de la personalidad o del ser humano, que se desarrolla constantemente, integrándose finalmente. Esto tiene lugar, primero, en respuesta a las circunstancias y luego, a la inclinación del alma.

c. Es la Cruz del cambio temporal y temporario, de la fluidez y de esos ambientes que se alteran constantemente e impulsan al alma, que anima la forma, a ir de una extrema experiencia a otra, para que la vida oscile entre los pares de opuestos.

d. Es la Cruz de la forma que responde, nutre y desarrolla la vida del Cristo que mora internamente, el alma oculta o Señor del Ser.

PLENILUNIO DE PISCIS . 16 de marzo 2014


"Abandono el hogar de mi padre
y, retornando, salvo"


En este Festival de Piscis completamos los 12 Festivales, iniciados con Pascua en Aries.
El trabajo que podemos realizar mes a mes con la energía, se basa en un tema muy importante: el alma que reside dentro del hombre, el principio Crístico y su gradual surgimiento y liberación a una plena expresión como influencia principal.
Para comprender esto, es necesario entender la premisa básica de que “incluso el mínimo átomo de sustancia contiene en sí aquello que puede responder a un estímulo espiritual”. Y sabiendo que TODO ES ENERGÍA, descubrimos que toda la vida humana en el plano físico consiste en una espiritualidad inherente y potencial, más ese factor “la energía” que puede estimular esa divinidad en nosotros de latencia a potencia. Las energías extra planetarias disponibles en estos Festivales de luna llena, de origen cósmico y de aplicación universal, proporcionan la estimulación energética que necesita el alma en su lucha por la liberación y por el control dentro de la personalidad humana.
Piscis ha desempeñado un gran papel en este proceso evolutivo en el curso de los últimos 2000 años, porque es el signo y la influencia energética, que ha gobernado este período de la historia. El símbolo de Piscis es el de los dos peces enlazados por un hilo conector. Esto significa la unión entre el alma y la personalidad. Durante largas eras el alma es la prisionera de la personalidad. Eventualmente, bajo el constante impacto de la energía espiritual y, como resultado de la experiencia en el camino de vida centrado en la personalidad, se hace posible una inversión que, a medida que procede, permite al alma controlar la personalidad.
La orientación de la humanidad al mundo de los valores superiores ha sido el principal objetivo de la era de Piscis, que está finalizando ahora, y de la influencia del sexto rayo que está desapareciendo rápidamente. Aunque nunca ha habido un tiempo en el que ésta orientación no haya avanzado regularmente, conviene tener presente que durante los últimos 2 mil años un proceso de orientación mucho más elevado, se ha sostenido ante la humanidad y ello porque: el cuarto reino de la naturaleza ha sido atraído en forma ascendente hacia el emergente quinto reino y esto ha hecho necesario retirar la atención del esfuerzo humano de los tres mundos y la expresión en el mundo superior de la conciencia del alma. También ha requerido la reorientación de la atención instintiva y de la intelectual, principales factores en el desarrollo de la percepción divina. Esta percepción puede ser instintiva, intelectual, humana y también espiritual. Las tres son igualmente divinas.
La redención de la materia y la elevación y expansión de la conciencia es el propósito subjetivo de la encarnación. El proceso redentor libera la vida interna a un estado de conciencia superior. Esto fue y es la tarea de los salvadores mundiales. De ahí la aparición del Cristo como salvador mundial en los inicios de la era de Piscis hace 2000 años. El estableció los principios del crecimiento y desarrollo necesarios durante ese período.
La humanidad necesitaba construir el principio egoico del amor, la facultad de la devoción y la capacidad de servicio. Estos eran aspectos destacados de las enseñanzas del Cristo y de su forma de vida. El ejemplificó lo que enseñaba, demostrando la necesidad de que la teoría, o la teología, se convirtiese en una forma práctica de vida cotidiana.
La energía liberada a través de Piscis y a la que podemos acceder durante la meditación, estimula nuestra sensibilidad espiritual innata. En sus etapas iniciales, esta sensibilidad se encuentra polarizada psíquicamente, como fuerza emocional intensamente egocéntrica. Esto produce tendencia al fanatismo y a llevar los ideales a tales extremos que se transforman en obstáculo para crecer y liberar el alma. Hemos contemplado los efectos de esta tendencia en el fanatismo religioso, por ejemplo, que exalta al Instructor por encima de la enseñanza; o que aprueba el empleo de la fuerza militar y la tortura en nombre de la conversión religiosa.
En una vuelta más elevada de la espiral, la energía de Piscis genera la calidez del amor y de la compasión, necesarias para la salvación mundial y humana. Esta influencia transforma la vida en el reino humano. La tendencia al psiquismo se transforma en percepción e inspiración espiritual; la codicia en renuncia; el instinto de supervivencia en abnegado servicio mundial; la autocompasión en compasión, simpatía y comprensión divina; la devoción a las necesidades personales en una respuesta sensible a las necesidades de la humanidad; el apego al entorno y la situación personales en desapego de la forma y capacidad de identificarse con el alma.
Se trata de cualidades y valores que todavía tenemos que incorporar, a medida que dejamos atrás la era de Piscis y nos adentramos en Acuario, la era del servidor mundial y la hermandad universal. Todo cuanto es mejor y más refinado, de cada era de la historia humana y de cada etapa a lo largo del camino evolutivo, se convierte en la base de un nuevo crecimiento. Nunca se pierde o se descarta algo de valor. El impacto regular de la fuerza de Piscis ha sido lo que condujo a la humanidad, el Discípulo Mundial, a las puertas de la iniciación. Durante más de 2000 años la influencia de Piscis ha afectado a la humanidad; ha producido la demanda de un reajuste mundial; ha desarrollado el espíritu internacional y ha conducido a la formación de grupos en cada departamento de la vida humana, colocando así los cimientos para la futura síntesis en Acuario.
Piscis introduce dos tipos dominantes de energía, la energía del primer rayo de voluntad o poder y la energía del segundo rayo de amor y sabiduría. Así, el Propósito y el Plan se han entretejido en la conciencia de la raza humana para que ésta los interprete y revele a través del despertar de su propio corazón y mente. La fusión de corazón y mente crea un salvador mundial, o un servidor mundial. Y la fusión de corazón y mente, en un ser humano y en la vida planetaria, es esencial para el proceso evolutivo en este sistema solar.
La salvación de la humanidad y el servicio al Plan, son los objetivos del discípulo influenciado por Piscis. Esta influencia ha construido su potencia sólidamente en la conciencia humana los últimos 2000 años. El discípulo actual puede decir: "Abandono el hogar de mi padre y, retornando, salvo".
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