18.3.17

LA GRAN INVOCACIÓN


LA GRAN INVOCACION


Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres
Que la Luz descienda a la Tierra



Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios
Que afluya amor a los corazones de los hombres
Que Cristo retorne a la Tierra



Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El propósito que los Maestros conocen y sirven



Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal



Que la Luz, el Amor y el Poder
Restablezcan el Plan en la Tierra




Esta invocación no es propiedad de ningún individuo o grupo en especial. Es un instrumento de poder para ayudar a que tenga plena expresión el Plan de Dios en la Tierra. Emplearla es un acto de servicio a la Humanidad y al Cristo.


Es un poderoso mántram destinado a facilitar en los hombres la receptividad de diversos tipos de “energía especializada” emanada de elevados centros espirituales entre las cuales se encuentran las de Amor-Sabiduría y Rectas Relaciones Humanas.

Puede adaptarse según la creencia religiosa pues el Instructor del Mundo es reconocido en las diferentes culturas como:
Budista: El Bhodhishatva;
Cristiana: El Cristo;
Hinduista: Krishna;
Islámica: El Imán Majdi;
Israelita: El Mesías;
Persa: Muntazar;
Tibetana: Maitreya;
También puede nombrárseLo como “Aquel que viene”. 



La Ciencia de Invocación y Evocación ocupará el lugar de lo que ahora llamamos plegaria y adoración. No nos dejemos confundir por la palabra ciencia. No se trata de la cosa fría e intelectual, sin corazón, descrita con tanta frecuencia, sino de la inteligente organización de la energía espiritual y de las fuerzas del amor, que cuando sean efectivas evocarán la respuesta de los seres espirituales que puedan caminar libremente entre los hombres y establecer una íntima relación y constante comunicación entre la Humanidad y la Jerarquía espiritual.

... la Invocación es de tres tipos. Tenemos la demanda masiva, emitida en forma inconsciente, y el llamado clamoroso que brota del corazón del hombre en momentos de crisis... Tenemos además el espíritu de invocación evidenciado por los hombres sinceros, cuando participan de los ritos de su religión y se valen de la oportunidad para orar y adorar en forma conjunta, elevando sus demandas de ayuda ante Dios. Este grupo, unido a las masas humanas, crea un enorme conjunto de suplicantes invocadores; su intención masiva es muy evidente en la actualidad y su invocación se eleva hasta el Altísimo. Finalmente existen discípulos y

aspirantes entrenados que utilizan algunas fórmulas verbales y ciertas invocaciones cuidadosamente definidas y enfocan el llamado invocador y la demanda de los otros dos grupos, dándoles la orientación y el poder correctos. Los tres grupos, consciente o inconscientemente, están entrando ahora en actividad, y su esfuerzo unificado garantiza la evocación resultante.


El nuevo trabajo invocador será la nota clave de la futura religión mundial... existirá el trabajo invocador de las multitudes preparadas por las personas espiritualmente orientadas, a fin de que acepten la realidad del acercamiento de las energías espirituales enfocadas a través del Cristo y Su Jerarquía espiritual, y se preparen además para formular su demanda de luz, liberación y comprensión. Por otro lado existirá el hábil trabajo de invocación, tal como es practicado por quienes han entrenado sus mentes mediante la correcta meditación, conocen el poder de los mántram, fórmulas e invocaciones y trabajan conscientemente. Utilizarán con mayor frecuencia ciertas grandes fórmulas verbales, que serán dadas más tarde a la raza, así como fue dado el Padre Nuestro por Cristo y, en la actualidad, la Nueva Invocación por la Jerarquía.

Esta nueva ciencia religiosa, para la cual la plegaria, la meditación y el ritual han preparado a la humanidad, entrenará a los pueblos para presentar la demanda oral de los pueblos del mundo a fin de establecer relaciones con Dios y una más estrecha relación espiritual entre sí. Cuando este trabajo se lleve a cabo adecuadamente, evocará respuesta de la Jerarquía y especialmente de su Guía, el Cristo. Por esta respuesta, la fe de las multitudes se convertirá gradualmente en convicción, en el conocedor. De esta manera las razas humanas serán transformadas y espiritualizadas, y los dos grandes centros divinos —la Jerarquía y la Humanidad— comenzarán a trabajar en completa unificación y unión... 
(Extractos de La Reaparición de Cristo, Alice A. Bailey)


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