18.7.16

PLENILUNIO DE CÁNCER . 19 de julio 2016


SOL EN CÁNCER

       La nota clave de Cáncer es:
"Construyo una casa iluminada y moro en ella.” 
El fin de un discípulo es construir una casa iluminada y habitar en ella. Pero para ello se necesitan los mejores materiales. Estos le fueron presentados en las tres lunas lle­nas anteriores y fueron la sustancia de:
Voluntad
Amor
Inteligencia
y la fusión de las tres energías en Buena Voluntad.
En Cáncer, el discípulo va a cons­truir su casa iluminada, com­puesta por los vehículos que constituyen los cuerpos inferior y supe­rior.
Cada cuerpo pone la Chispa en contacto con el plano correspondiente y su vida. Cada cuerpo tiene 7 sen­tidos que relacionan al hombre con 7 formas de materia o sustan­cia en el plano correspondiente. A través de estos sentidos el hombre recibe información, e introduce cambios en el mismo plano. Estos cambios difieren si toma contacto con planos cada vez más elevados, y les impone la armonía...
Cada cuerpo es una casa que pone al hombre en contacto con el plano por el cual es construido. El primer cuerpo es el cimiento. Lue­go están los pisos 2°, 3°, 4°, 5°, 6° 7°.
A la Chispa le insumió millones de años construir los cuerpos físico, astral y mental.
Estos cuerpos:
1. Nos relacionan con su propio plano y su propia vida.
2. Los usamos para causar cambios.
3. También se los usa para alimento y combate.
Nuestros cuerpos se usan para asimilar sustancia de varios nive­les y construir cuerpos nuevos y más sutiles. Cada cuerpo se empieza a construir partiendo de la sustancia más sutil del cuerpo inferior. Por ejemplo, las virtudes crean sustan­cias rarísimas en los cuerpos y estas sustancias las usa el Yo para construir cuerpos superiores o partes y mecanismos en cuerpos su­periores. Luego, los cuerpos se usan para la batalla en el:
plano físico
plano emocional
planos mental y superior.
Combatir es alejar a las fuerzas o entidades que obstaculizan nuestro avan­ce en nuestro sendero de regreso a nuestro hogar. El peregrino quie­re ir a su casa, pero en el sendero hay seres que procuran estorbarle, destruir sus vehículos y hacerle atrasar. Y cada vez que encarna como un viajero y un luchador especial, aquellos encuen­tran modos más sutiles de destruirle o esclavizarle. Así, caen pri­sioneras millones de almas, cautivas del materialismo, del sexo, de la lujuria, de los bienes, por parte de las fuerzas del odio, de la se­paratividad, la ignorancia y las mentiras. El peregrino deberá luchar en cada plano.
El Maestro Morya (Maestro del rayo 1 de Poder y Voluntad) dice: "Algunas personas no pueden tolerar Nuestros frecuentes recordatorios acerca del combate... pero... el combate de la Luz contra las tinieblas continúa sin cesar. En esta ba­talla muchos guerreros prestan su ayuda, de otro modo seríamos nue­vamente devorados por el caos...” 
"En todo el planeta hay dispersos muchos pequeños círculos. Las logias negras saben qué hacer. Pero los servidores de la Luz, por su desorganización, a menudo incluso se perjudican mutuamente. A las logias negras no se les acercan extraños, pero los servidores de la Luz, por su buen natural, o más bien por ignorancia, a menudo están dispuestos a abrazar al traidor más peligroso. Debe proyectarse indi­ferencia, que paraliza a las mejores fuerzas. En verdad, podemos agotarnos no tanto por los enemigos cuanto por la indiferencia de los amigos...” 
San Juan decía del Cristo: "El fue la luz verdadera que iluminó a todo hombre que vino a este mundo".  Cuando dijo a sus discípulos: "Vosotros sois la luz del mundo, que vuestra luz brille ante los hombres".
"La vida estaba en Él y la vida es la luz de los hombres." 
"Yo soy la luz del mundo. Quien me sigue no caminará en las ti­nieblas, sino que hallará para sí la luz de la vida." 
Esta es la luz que brilla en el plano intuitivo (alma), y atrae a la gente para que construya su casa de luz. Las energías de Cáncer ayudan a construir esta casa con la sustancia distribuida por Cristo en la Luna Llena de Géminis.
Cáncer nos da la sabiduría del 3° rayo Constructor del Cimiento, Gran Arquitecto del Universo.
Con esta energía la sustancia de la luz, del amor y del po­der se reúne de las esferas superiores y construye nuestro cuerpo de luz, poniendo en él la luz que brilla en las tinieblas, la presencia de Cristo.
Cuando el Sol entra en Cáncer, podemos empezar a pensar más seriamente en construir nuestra casa. ¿Qué función cumplirá esta ca­sa? Nos protegerá de ataques y nos dará seguridad. Una vez construido nuestro templo intuitivo, tenderemos:
continuidad de la conciencia
realización de la inmortalidad
conocimiento de la Jerarquía
contacto con Cristo.
Morya dice: "Ponemos las piedras de los escalones del Templo resplandeciente. En nombre de Cristo trans­portamos las rocas". 
Las "casas" a las que aquí se hace referencia son los cuerpos etérico, astral y mental superior. Estas casas deberán construirse continua­mente, una vida tras otra y en ellas la vida deberá aumentar progresi­vamente. Luego, el hombre deberá construir las casas que aún no tie­ne, como el cuerpo intuitivo, en el que brilla la luz del Cristo interior.
El plano intuitivo es nuestra casa en la que brilla la luz de Cristo. Construimos esa casa para estar con Él, porque en la oscura noche del misterio cósmico, Él es la Luz y Él es el Sendero que conduce al Hogar.
Todos los Grandes que pudieron construir sus casas iluminadas, las ofrecieron como rocas para construir la Casa Mayor, la Je­rarquía, en la que Cristo es la Luz.
En la Jerarquía, las rocas o Maestros individuales, pro­curarán construir mayores mansiones en sus Seres con la sustancia de los éteres cósmicos superiores, para construir una Casa mayor: el Hogar del Padre o Shamballa.
Los graduados en las Iniciaciones superiores son las rocas que construyen Shamballa, Roca Sagrada para construir otro templo en el sistema solar, y este es el proceso que comienza en Cáncer.
Cáncer tiene también influencia del 7° rayo de Orden, Magia y Ceremonial, llamado "El Creador de la Forma", "Quien alimenta al Fuego sagrado", o "El Revelador de la Belleza".
El discípulo trabaja y crea científicamente la forma. Trata de ali­mentar el Fuego sagrado o la Luz sagrada, y procura manifestar a la Luz como belleza.
En nuestra vida, la belleza es la manifestación de Cristo. Una vez que un hombre es Alma viva consciente, se celebra un matrimonio, una fusión mística con Cristo. Uno de los discípulos, reveló este secreto diciendo: 
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, vive Cristo en mí." 
Con esta energía del 7° rayo creamos un campo de servicio. Alimentamos el fuego sagrado del entusiasmo, y revelamos la Belleza interior, el Cristo en nuestra vida.
Hay otras dos energías. El 6° rayo (Devoción e Idealismo) procedente de Neptuno, planeta sagrado, regente esotérico. El 6° rayo ayuda a construir la casa y crea en nosotros “la voluntad de causar". Causar es ser una causa, no un efecto, ser el Yo y no los cuerpos. Esta energía rompe las piedras de la personalidad y libera al es­píritu oculto en las piedras. Una vez rotas las piedras de la personalidad este rayo conduce al Alma hacia los Doce. Se torna conscientemente sensible a las energías del zodíaco y usa estas ener­gías para construir su casa sobre el plano intuitivo.
La siguiente energía es el 4° rayo (Armonía a través del conflicto), simbolizado por la luna. Es la Trompeta del Señor que advierte acerca del enemigo, nos llama al trabajo, y crea la voluntad de armonizar y relacionar. Una buena construcción es resultado de la armonía y proporción correcta.
La luz de esta casa que, al principio, es brillante, crece a medida que el hombre gira en la rueda del zo­díaco expandiendo su conciencia. Cada signo ofrece un matiz o voltaje diferente a su conciencia.

En Aries, está la conciencia subjetiva latente, una luz opaca, simiente de luz en el hombre y en cualquier forma viva. Cuando el Sol entra en Aries empezamos a meditar en la simiente de luz en toda forma.
¿Qué es esa semilla de la conciencia? ¿Qué es la conciencia? ¿Soy consciente? ¿Cómo podré introducir mi conciencia en la per­fección? ¿Cómo podré ver la semilla de la conciencia en cada forma? ¿Cuál será el efecto de esto en mi vida? Esta meditación continuará durante un mes lunar.

En Tauro, la energía nos con­duce hacia la conciencia del sendero. El sendero es la distancia en­tre una persona y su visión suprema, entre ella y a lo que as­pira. El sendero es la distancia y la duración en la que la semilla se convierte en flor. En Tauro, meditamos sobre la conciencia del sendero.
¿Tengo un sendero? ¿Dónde voy? ¿Ten­go una dirección? ¿Estoy perdido en la selva? ¿Soy un bote perdido en las olas del océano? Si hay sendero, éste deberá conducirnos a la sobrevivencia, a la alegría y a la creatividad. ¿Cómo voy a encon­trar mi sendero y ser un sendero que conduzca a los demás hacia la unidad, la síntesis y la armonía?
La conciencia del sendero es comprender que hay un sendero que conduce a la unidad. Cualquier otro sendero que no conduzca a la sobrevivencia, a la alegría y a la creatividad no es un sendero si­no un laberinto en el que una persona corre dando vueltas como un perro en busca de su cola.
Si no hay sendero, no hay posibilidad de sobrevivencia, ni posi­bilidad de existencia. El hombre sólo podrá existir si viaja hacia su divinidad, hacia su futuro. Sólo marchando hacia su destino, el hombre podrá existir. La existencia es un estado creciente de conciencia y un proceso de desarrollo continuo hacia la Divinidad.

Géminis da la oportunidad de pensar en la conciencia de dualidad.
¿En qué dirección debo ir? ¿Serviré a las tinieblas, a la traición, al delito, o serviré al amor, a la luz y a la belleza? ¿Colaboraré, seré amplio y sacrificado, o serviré a la confusión, al espíritu separatista y al egoísmo? ¿Qué quiero? ¿Me droga­ré o me construiré? ¿Ayudaré a la gente o seré explotador? ¿En qué dirección voy? ¿Hacia el espíritu o hacia la materia, hacia mis intereses egoístas o hacia el servicio?

La conciencia de la dualidad es el conocimiento de que hay un sendero doble y que debemos tomar una decisión. Cristo dice que escojamos el sendero angosto porque el ancho es el sendero fácil y perezoso que conduce a las tinieblas y a la muerte. El sendero angos­to conduce a la vida.

En Cáncer está la concien­cia masiva, instintiva. 
¿Cómo podré desarrollar una conciencia masiva, con la que pueda pe­netrar en la conciencia de las masas?”
En este mes la luz en las masas deberá fortalecerse y construirse la casa de luz. El desarrollo de tal comprensión de la uni­dad con toda la humanidad cambiará la faz del mundo y disminuirá el dolor.

Leo es conciencia de indivi­dualidad. ¿Nos sentimos individuos libres, realizados, autodetermi­nados, o respondemos como parte del rebaño? ¿Tenemos concien­cia de nuestro derecho a existir y crear, y que los demás tienen el mismo derecho a existir y crear? Una persona no puede apreciar la individualidad de los demás si no tiene conciencia de su propia individualidad.
Somos un individuo único y el prójimo es un individuo único, igualmente bello. Nuestra existencia demuestra la existencia del otro. La existencia de otra persona demuestra su existencia.
Mi existencia le hace mejorar; su existencia me hace mejorar. Si existo yo solamente, no existo porque no hay nadie que dé testimonio de mi existencia...
La conciencia individual reconoce que somos parte de una gran máquina, pero también reconoce que las otras partes son absoluta­mente necesarias para hacernos valiosos y ayudarnos a realizar nuestro trabajo.

En Virgo desarrollamos la conciencia de Cristo, razón pura, pensamiento despejado, neta expre­sión de unidad, síntesis, armonía, ritmo, consagración absoluta al bienestar humano, total compromiso de servir y sacrificarse, e inven­cible empeño para la perfección.

En Libra debemos desarrollar la conciencia del equilibrio, comprender dónde está una persona en el sendero de la evolución. Su posición, dondequiera que esté, es un equilibrio entre espíritu y materia, entre pregunta y respuesta, entre luz y oscu­ridad, entre comienzo y realización. La conciencia del equilibrio de­berá viajar a los niveles superior e inferior sin perder la luz o el con­tacto de la realidad.
El equilibrio es el esfuerzo enderezado a ser equitativamente consciente de lo superior y lo inferior en cualquier nivel. Es darse cuenta de la divinidad y de la aptitud para vivir en forma de hombre. Un hombre equilibrado lleva consigo la com­prensión y la colaboración dondequiera que vaya, con quienquiera que tome contacto. Crea equilibrio, reconoce el valor y los derechos humanos, y estabiliza la belleza, la bondad y la verdad. Un hombre no podrá estar en estado de equilibrio a menos que su conciencia sea divina y humana al mismo tiempo. Sostener lo Divino y la necesidad de la humanidad simultáneamente.

En Escorpio, se desarrolla la conciencia de la Jerarquía, tratamos de desarrollar un contacto con los seres avanzados y reconocer su existencia colectiva en nuestro planeta.

En Sagitario desarrollamos la con­ciencia del Alma a través de las iniciaciones primera y segunda.
En esta etapa el hombre está despertando a la realidad de que es una existencia inmortal eterna.

Capricornio tiene la misma concien­cia del Alma, pero continúa hasta la 3° iniciación ó Transfiguración.
En este mes, una persona va a construir la conciencia del Alma elevándose desde su efímera naturaleza física, emocional y mental hasta tener vislumbres de su Alma, y crear gradualmente comunicación con Ella.
En Acuario tratamos de desarrollar consciencia grupal, aptitud para unir todas las conciencias separadas y hacerlas trabajar por una meta común: de diferentes modos, si es necesario, pero hacia la misma meta. La conciencia grupal conduce a la colaboración, la armonía y la com­prensión supremas.

En Piscis desarrollamos la conciencia de Shamballa, la consciencia divina. Damos alas a nuestra imagina­ción creadora.¿Hay un modo de entrar en con­tacto con semejante conciencia o de desarrollarla?

Cada vez que encarnamos en un signo, enriquecemos nuestra au­ra con la conciencia de ese signo, una y otra vez hasta que alcanza­mos una etapa en la que empezamos a viajar por el zodíaco en sen­tido contrario a las agujas del reloj.
El viaje a través del zodiaco es para construir nues­tra casa, nuestra aura en la que el Cristo brilla. Al inundarse nuestra aura con sustancia cada vez más elevada, se convierte en una rueda lumínica de 12 rayos que provienen del cen­tro e irradian 12 colores. Nuestra aura corresponde al nivel en el que estamos construyendo nuestra casa.
Cáncer permite a un hombre "que responda a los con­tactos provenientes de todos los puntos de la brújula, de todos los ángulos de la rueda zodiacal y de lo que está dentro y fuera”.
En Cáncer, somos sensibles a las energías de todos los signos zodiacales. El mes siguiente en Leo, comenzamos a iniciar nuestra conciencia individual.
Cáncer se relaciona con la personalidad y con el Alma. En un hombre promedio, influye su personalidad; en un discípulo, influye su Alma. Quienes están en el nivel de la personalidad, usarán la energía para su instinto de conservación. Los discípulos usarán la energía para construir grandes for­mas de pensamiento que servirán para la elevación y la seguridad humanas.
Cáncer es parte de la Cruz Cardinal: Aries, Cáncer, Libra, Capri­cornio. El canceriano recibe energía directa de los otros 5 plane­tas. "El sujeto de cáncer se vuelve sensible a los usos del conflicto (Marte), al funcionamiento de la luz de la intuición (Mercurio) y a la atracción cósmica de Urano, más el intelecto de Venus y la presen­tación de la oportunidad (Saturno).” 
Estas influencias le llegan a los que vencieron a sus naturalezas física y emocional y ahora trabajan en sus mentes superiores.

La meta del discípulo en Cáncer es construir su casa de protección y contacto, y la convertirá en un instru­mento de servicio.

Imagen: EL ZODIACO (Obra de Jorge Kurteff)

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